Lo que nos perdimos de «Forrest Gump»

Forrest

Se suele afirmar que el mejor traductor es el que pasa desapercibido, creando la ilusión de que su traducción es en realidad el original. Sin embargo, si he aprendido algo en estos meses, es que la transparencia en traducción es un ideal tan bonito como utópico, notablemente en mi especialidad: la traducción para cine y televisión. En la subtitulación, la deseada invisibilidad es obviamente nula, puesto que estamos viendo la labor traductora al tiempo que disfrutamos del producto original; y son muy escasas las ocasiones en las que un doblaje alcanza de veras ese embauque tan defendido por ciertos teóricos.

No me malinterpretéis, soy una ferviente defensora de ambas modalidades de traducción audiovisual, y creo que en España, en general, se hace un excelente trabajo en este campo. Pero, si partimos de lo que muchos de nosotros hemos estudiado,

(T)ranslation is required to efface its second-order status with transparent discourse, producing the illusion of authorial presence whereby the translated text can be taken as the original (Venuti 1995:7),

muchos de los productos audiovisuales que consumimos a diario deberían considerarse intraducibles o, como mínimo, mal traducidos. He escogido el ejemplo de la película “Forrest Gump”: el traductor jamás podría convencer a su audiencia de que este brillante repaso a la historia reciente americana es en realidad una obra española. Pero, ¿a alguno de vosotros os choca la traducción de esta película?

Aunque el centro gravitatorio de la película es el personaje de Forrest Gump y el amor que siente hacia Jenny, las situaciones en las que se ve envuelto y las circunstancias de los demás personajes no giran en torno a él y a sus actos, como sería lógico, sino que son dependientes en gran medida de los acontecimientos históricos. Su traductora se enfrentó por tanto a retos que van mucho más allá de su habilidad lingüística, pues la trama se articula en torno a la historia americana de los años 50 a principios de la década de los 80, no sólo en términos de grandes hitos que pueden ser fácilmente reconocidos por un público que haya estudiado la historia de Estados Unidos, sino también de referencias más sutiles y de corte más social.

En este sentido, el espectador español puede llegar a perderse muchos guiños culturales y no apreciar por ello el rigor histórico que rodea la vida ficcional de Forrest: la figura de su entrenador, las protestas contra la guerra de Vietnam o la dimisión del presidente Nixon. Casi todos los espectadores sabrán sobre el escándalo de Watergate, pero muy posiblemente desconozcan quién fue Frank Wills; conocerán el movimiento pacifista de finales de los 60, pero a lo mejor no quién fue Abbie Hoffman; y exceptuando a los muy aficionados al deporte, pocos reconocerán la figura de “Bear” Bryant. Y estos son sólo algunos de los cientos de ejemplos presentes en el filme.

Como ya he mencionado, esta característica hace de la obra un producto supuestamente intraducible, si aplicamos el criterio de transparencia como condición sine qua non para la correcta traducción: por muy bien que traduzca el traductor, se reconoce, por la propia naturaleza del producto, su carácter extranjero y, por ende, traducido.

Veamos ahora ejemplos que podrían considerarse puramente traductológicos. Como no podría ser de otro modo, me centraré en mi reto favorito: el humor. “Forrest Gump” abraza el sueño americano, la convicción de que cualquiera puede triunfar en la tierra de las oportunidades, al tiempo que critica todo lo que representa la sociedad americana de la época. La conciliación de estas dos actitudes aparentemente opuestas crea una suerte de humor irónico, en ocasiones incluso negro (como al definir al padre de Jenny como “cariñoso”), ensalzado además por la ingenuidad intrínseca de su protagonista.

El humor en “Forrest Gump” aparece en diversas formas pero siempre con un común denominador: está ligado a la cultura de los Estados Unidos de la época. A continuación citaré algunas de las muestras en las que el contenido cultural se diluye total o parcialmente en la traducción, provocando que el efecto cómico se vea reducido o incluso neutralizado.

Humor situacional.
El humor situacional es probablemente el más universal de los que nos encontramos en “Forrest Gump”, y es bastante frecuente. Así pues, todo el mundo puede reír al ver que un joven jugador de fútbol americano le dice al presidente de los Estados Unidos que lo que siente al estar en la Liga Americana es ganas de “hacer pis”, o que hable de inversiones en una industria frutera cuando el Lt. Dan compra acciones de Apple Inc. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que el humor situacional está estrechamente ligado a referentes socioculturales muy específicos.

Es el caso del eslogan “Shit happens”. El diálogo de la película entre el hippy que le pide ayuda con un eslógan y el Forrest de la carrera de los tres años, dice así:

HIPPIE: Man, you just ran through a big pile of dogshit!
FORREST: It happens.
HIPPIE: What, shit?

Obviamente la traducción literal por la que se optó en la traducción no funciona en español, sino que un guiño cultural relativamente sofisticado pasa a ser en español un mero chiste escatológico, sazonado tal vez con el hecho de que la respuesta de Forrest encaja perfectamente con su personalidad, su estilo, su idiolecto, ya que Forrest responde a todo con un ok aséptico y conformista (“bueno” en español). Sin embargo, no existía otra solución traductora posible, sobre todo si se tiene en cuenta que acto seguido aparece un inserto visual con dicho eslogan.

Del mismo modo, al aparecer en el programa Dick Cavett Show con John Lennon, este último responde a todos los comentarios de Forrest sobre China con la letra de su canción, Imagine.

DICK CAVETT: You had quite a trip. Can you, uh, tell us, uh, what was China like?
FORREST: Well, in the land of China, people hardly got nothing at all.
JOHN LENNON: No possessions?
FORREST: And in China, they never go to church.
JOHN LENNON: No religion, too?
DICK CAVETT: Oh. Hard to imagine.
JOHN LENNON: Well, it’s easy if you try, Dick.

Juegos de palabras.
Sin duda los elementos más difíciles de traducir en cualquier producto son los juegos de palabras, como ya vimos en la entrada sobre “The Big Bang Theory”. Por suerte desde un punto de vista traductológico, en “Forrest Gump” son pocas las ocasiones en las que aparecen bromas basadas en la ambigüedad o polisemia de las palabras.

Una de estas ocasiones es cuando Forrest le explica a uno de sus oyentes en la parada del autobús cómo le dispararon en Vietnam: “They said it was a million dollar wound, but the Army must keep that money, ‘cause I still ain’t seen a nickel of that million dollars”. En jerga militar, una million dollar wound es específicamente aquella herida que impide que un soldado vuelva al campo de batalla, pero que no es tan grave como para diagnosticarle una invalidez. En este caso, la sonrisa que nos arranca la traducción literal “herida de un millón de dólares”, si acaso se detecta una posible metáfora, se basa en la inocencia del protagonista, pero no es una referencia militar tan directa porque carecemos de un término equivalente en español.

Un ejemplo aún más evidente es la escena en la que Jenny lleva a Forrest a la sede del Partido de la Pantera Negra, y nuestro entrañable protagonista acaba pegándole al novio de la susodicha por agredirla. Cuando los echan del piso, Forrest dice: “Sorry I had a fight in the middle of your Black Panther party”, jugando sin querer con la polisemia de la palabra party. En este caso, dado que la traducción literal ofrecía la posibilidad de traducir party por “partido” o “fiesta”, se optó en castellano por respetar el escopo de la escena, la función, que era la de producir un efecto cómico. Así pues, Forrest en español se disculpa por haber estropeado la fiesta de las Panteras Negras. Evidentemente, esta solución como mucho hace que la audiencia se sonría, condescendiente ante la ignorancia del pobre Forrest, pero se pierde por completo el juego de palabras.

Vemos que la estrategia más utilizada en el doblaje del humor en Forrest Gump al español es la traducción literal, porque, aunque no sea la opción más efectiva en términos de nivel de comicidad, las limitaciones del medio audiovisual en conjunción con la vinculación de todos los elementos fílmicos con el contexto sociocultural americano no permiten otra solución.

Para preservar el espíritu y la intención de la obra, prácticamente todas las soluciones adoptadas fueron extranjerizantes. Personalmente, y pese a la potencial pérdida de matices, creo que en este caso no podía ser de otra manera, y considero que se hizo un excelente trabajo. De hecho, sólo he sido capaz de detectar una estrategia de naturalización, cuando Forrest cuenta “I was national celebrity. Famouser even than Captain Kangaroo”. Esa serie infantil estuvo en el aire en Norteamérica durante más de tres décadas, pero no llegó a nuestras orillas, así que en la traducción se sustituyó por “Pinocho”.

Por lo tanto, el principal problema que presenta “Forrest Gump” a la hora de alcanzar la deseada transparencia al trasladar la película a cualquier otro país que no sea Estados Unidos no es puramente traductológico, sino de trasvase cultural. De hecho, el filme pierde significado incluso dentro de EE.UU., debido a que el tiempo pasa y los referentes culturales no sólo tienen limitaciones geográficas, sino también fecha de caducidad. Esta especificidad cultural hace de la obra de Zemeckis un producto extremadamente complicado para su exportación y que, sin embargo, recaudó más de la mitad de sus ganancias fuera de las fronteras que vivieron lo que Forrest vivió.

En conclusión, me atrevería a decir que el ideal de transparencia, además de utópico, parece no ser determinante para el éxito de un producto traducido, siempre y cuando el conjunto de la traducción sea de calidad. En tanto en cuanto la historia y los sentimientos evocados por ella se transmitan de un modo eficaz, el ilusionismo exigido en traducción audiovisual está más que satisfecho dentro de los límites realistas impuestos por el medio.

Sí, algunos nos perdimos algunas risas al ver por primera vez esta película… pero, con todo, Forrest nos conquistó el corazón también en español.

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Forrest Gump. Dir. Robert Zemeckis. Perf. Tom Hanks, Robin Wright Penn, Gary Sinise, Mykelti Williamson and Sally Field. Paramount Pictures, 1994. DVD. TRADUCTORA: Carmen Criado. AJUSTADOR: Quico Rovira-Beleta.
Venuti, L. “The Translator’s Invisibility,” p. 7. London: Routledge, 1995.

13 pensamientos en “Lo que nos perdimos de «Forrest Gump»

  1. Hola, Irisi:

    Hace mucho tiempo que no te comento ninguna entrada, pero es que esta me ha encantado. Aparte de que el objeto de estudio me resulta interesantísimo (a mí también me atrae mucho la traducción de guiones), lo has explicado todo con un rigor admirable.

    Por cierto, siempre había escuchado «los Panteras Negras», como quien dice «los socialistas» o «los verdes», sin embargo, la búsqueda en Google no me lo deja claro (esto es solo un dato curioso, nada más).

    Por cierto, se me acaba de ocurrir algo para el «shit happens»:

    HIPPIE
    ¡Tío, menudo pastuño acabas de pisar!
    FORREST
    Qué mala pata.
    HIPPIE
    ¿Que qué mala plasta?

    Una traducción un poco (muy) libre, pero al menos tiene cierto componente humorístico, a falta de poder emplear una frase hecha parecida que concuerde con el contexto.

    En fin, te vuelvo a felicitar por la entrada, Iris.

    Un saludo,

    Sergio

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    • ¡Muchas gracias por tu comentario, Sergio! Me alegro mucho de que te haya gustado. Siempre ha sido una de mis películas favoritas, y cuando la vi en inglés hace poco me enamoró todavía más 🙂

      Lo de las/los Panteras Negras lo he visto de las dos maneras, la verdad. En cuanto a tu solución, es cierto que conserva el humor, aunque el referente cultural se sigue perdiendo. Eso es lo que me fascina: hay cosas que son «intraducibles», por lo menos en toda su riqueza, y aunque sea tirarme piedras sobre mi propio tejado, ME ENCANTA. Se ve que soy un pelín masoquista 😉

      Un saludo y gracias de nuevo.

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      • Claro, Iris, el referente cultural se ha ido a la porra, pero es que «a veces pasa» :). Ahí creo que no queda otra que elegir sobre si queremos que el espectador «se quede pescando» (como decimos en Canarias) o, al menos, pueda reírse un poco :D. Lo que no te quita razón, claro está: lo «bueno» de la traducción es que no hay verdades absolutas: la historia demuestra que los enfoques traductológicos van por ciclos.

        También es una de mis películas favoritas y, como habrás podido adivinar, tenemos en común eso de disfrutar con los retos. ¡Masoquistas de la traducción, uníos! :D.

        Un saludo y, de nuevo, felicidades,

        Sergio

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  2. Estoy de acuerdo, Iris, la fuerza de la película reside en el mensaje de fondo: que todos somos valiosos a pesar de nuestras limitaciones. Me ha encantado tu explicación de los detalles que nos perdimos. 🙂
    Amparo Muñoz

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    • Gracias, Amparo. Tuve la oportunidad de comparar las dos versiones con cierto detenimiento y me apetecía compartirlo con vosotros 🙂

      Un abrazo fuerte.

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  3. ¡Qué buena esta entrada, Iris!
    Me llama muchísimo la atención cuando se hace un análisis como el tuyo porque acá no estamos acostumbrados, en general, a tener las pelis dobladas, entonces, no llegamos a ver este tipo de cosillas.
    ¡Me encantó!
    Beso enorme.

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    • Gracias, Flor. La verdad es que la traducción para el doblaje es un mundo aparte, y ME ENCANTA. Así que me alegro de que la entrada os haya gustado, es genial poder compartir una pasión.

      Un besazo, y espero que algún día podamos «desvirtualizarnos».

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  4. Un análisis como este deja patente lo «de aficionado» que es el mío. Como diría (el traductor de) Forrest Gump: «Yo no sé mucho de casi nada.»

    Curiosamente, hoy he leído un cuento que, a primera vista, me ha parecido intraducible. Toda la historia se basa en que se pronuncia igual «seta» que «árbol pequeño». No me he parado a pensar en un modo de traducirlo, pero conseguirlo tiene que ser bastante gratificante, ¿eh? ^^ O sea, quiero decir que comprendo que te gusten los juegos de palabras y esas cosas. ^^

    La verdad es que el cuento era bastante tonto. ^^U

    Saludos.

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  5. Yo soy una fiel defensora de las V.O., siempre se pierden muchos aspectos culturales en el doblaje y la subtitulación; no obstante, es algo necesario y bajo mi punto de vista, muy admirable. Enhorabuena por tu entrada, me ha encantado. Te sugiero que analices «Vicky, Cristina, Barcelona» bajo el mismo punto de vista, ¡podría ser interesante!

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    • Muchas gracias, me alegra que te haya gustado. Todo lo que puedo lo veo en V.O., pero, por «deformación profesional», supongo, casi siempre vuelvo a la versión doblada para ver qué hicieron con determinados fragmentos. Claro que se pierde, pero como digo en la entrada, a veces es inevitable, y ese es el reto de la TAV (de todas las modalidades de traducción, en realidad). Por eso es tan divertido, si no, sería un trabajo mecánico y sí que tendríamos que temer a los «Gurgle Translator» del mundo 😀

      Tomo nota de la sugerencia, y si saco el tiempo lo haré. Adoro a Woody Allen, y sus películas suelen ser especialmente complicadas, así que espero sacarlo de donde sea 🙂

      Un abrazo.

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