La verdad sobre el caso Permuy

Iris Cristina Permuy Hércules de Solás, una servidora, nació a principios de la primavera de 1987, en Ares, La Coruña, tierra natal de su padre. Al poco tiempo se mudó a Los Dolores, Cartagena, donde, por caprichos del destino, residía su familia materna, que en realidad es de origen francés.

A los 4 añitos, por motivos laborales, se volvió a mudar, esta vez a Valence, Francia. Allí, a regañadientes, aprendió francés. Sin embargo, al volver a España tras casi un año en tierras galas, renegó de todo lo aprendido. Al fin y al cabo, esa lengua extraña representaba todo lo que la había alejado de sus abuelitos, a los que estaba encantada de volver a tener a unas manzanas de distancia.

Los años pasaron y, bueno, cosas de la pubertad, la señorita Permuy cayó locamente prendada de Jon Bon Jovi, el artista de Nueva Jersey, cuando por azar tropezó con el single Thank you for loving me, del álbum Crush, cuando apenas tenía 13 años. Una canción tan agradable, a su juicio, por fuerza tenía que tener una bonita letra, y nuestra protagonista tenía que comprobarlo.

Armada con un diccionario bilingüe, ningún conocimiento de inglés y un hábil juego de play/pause, Iris fue descifrando… más bien intuyendo… más bien inventando las sílabas que escuchaba, y como podía las unía para que se parecieran a algunas de las palabras de ese diccionario. Poco a poco, tras horas y horas de trabajo, logró componer una letra remotamente similar a la de su admirada canción, y traducirla. Misión cumplida.

Pero la vida no es tan fácil. Iris C. Permuy ya había caído, sin saberlo, sin siquiera sospecharlo, en la adicción más bella de cuantas haya conocido: la Traducción. Y después de ese single vino todo Crush, y después vinieron todos los anteriores discos de Bon Jovi. Y, para cuando se quiso dar cuenta, ya era demasiado tarde. Cuando se quiso dar cuenta, era licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Murcia, y estaba cursando el Máster Europeo de Traducción Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Incluso, INCLUSO, había vuelto a hablar francés.

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